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Bosques de encina

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Dr. Javier del Valle Melendo
José Antonio Domínguez
Luis Bolea Berné

Nombre común: encina o carrasca
Nombre científico: Quercus rotundifolia

La encina es una fagácea de hojas perennes, tronco fuerte, porte achaparrado y copa redondeada, que dispone de una penetrante raíz principal. Sus hojas son duras y caen parcialmente en agosto sin amarillear. Su fruto, la bellota, madura en septiembre u octubre. Antaño era consumida por el hombre.

Es resistente a los largos periodos de sequía característicos del clima mediterráneo y puede instalarse sobre sustrato calcáreo o silíceo, ocupando principalmente zonas de suelo poco profundo con tendencia a la aridez (incluso llega a vivir sobre grietas de las rocas).

Es una especie heliófila, es decir, prefiere localizaciones con radiación solar abundante, por lo que suele evitar las zonas muy umbrías o con pocas horas de sol. Sus bosques (encinares) suelen tener una cierta densidad, y en ellos frecuentemente aparecen intercaladas sabinas (Juniperus thurifera) y enebros (Juniperus communis ssp. hemisphaerica), por lo que podríamos decir que en ciertas áreas se trata de un bosque mixto en el que la encina es la especie dominante.

Carrasca de Peracense
© Prames S. A.     Ejemplar singular de carrasca en Peracense


Cuando sus formaciones se deterioran debido a incendios o aclareos suele hacerse frecuente en el sotobosque la estepa (Cistus laurifolius) y el cantueso o lavanda (Lavandula pedunculata) si el suelo es silíceo. En los suelos calizos y básicos aparece la aliaga (Genista scorpius), el tomillo (Thymus vulgaris) y el espliego (Lavandula latifolia). En las zonas más termófilas también aparece la coscoja (Quercus coccifera), de apariencia similar a la encina pero menor tamaño y hojas más espinosas y brillantes, el enebro (Juniperus oxycedrus) y la sabina negra (Juniperus phoenicea). Eso sí, ambos tienen especial predilección por las zonas más cálidas y mejor soleadas.

Los bosques de carrasca son los más abundantes en las comarcas de Daroca y Calamocha, extendiéndose, principalmente, por las sierras de Modorra, el Peco, Herrera, Atea y cuenca de Gallocanta. En algunas de éstas, las carrascas forman encinares muy cerrados y de difícil accesibilidad.


Localización de bosques de encina
© Luis Bolea y Javier del Valle.     Localización de bosques de encina

 

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