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Pintura gótica sobre tabla

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Dr. Francisco Javier García Marco (Univ. de Zaragoza)

Los retablos, o conjuntos pictóricos sobre tabla, evolucionan a partir de la pintura mural. Se difundieron en Aragón durante la segunda mitad del siglo XI, para alcanzar su máximo esplendor en el siglo XV. Durante el siglo XVI serán desplazados por los grandes retablos escultóricos en alabastro y madera policromada, que presiden la mayor parte de las iglesias de la comarca todavía en nuestros días.

En Daroca se situó una importante escuela de retablistas, alimentada por el trabajo de importantes artistas foráneos, de la cual son testimonio numerosos retablos y tablas sueltas que se conservan en las iglesias y museos de la zona, especialmente en el de la Colegial. Además también actuaron al menos dos talleres anónimos en Langa y Retascón. Por fin, se conservan numerosas obras importadas fuera de la comarca. Todo ello convierte a la comarca en un excelente observatorio de la pintura gótica sobre tabla.

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© Fabián Mañas  Retablo de pintura gótica de Villanueva del Campo

De estilo sienés o italogótico y de finales del siglo XIV es el retablo de San Miguel, procedente de la Iglesia del mismo nombre, y que podemos contemplar en la capilla de San Miguel de la Iglesia de Santa María de los Corporales.

Varias tablas darocenses se encuadran en el denominado estilo internacional, introducido en Aragón por el zaragozano Juan de Levi. A discípulos suyos se ha atribuido un tríptico dedicado a Santa Bárbara, San Bernabé y Santa Apolonia, conservado en el Museo Colegial.

El broche final de la pintura gótica aragonesa lo constituye el periodo 'hispano flamenco', caracterizado por un mayor naturalismo gracias a la difusión de la pintura al óleo. Su máximo representante, el cordobés Bartolomé Bermejo, trabajó en la ciudad de Daroca entre 1470-1474 y 1477. En el Museo Colegial se conservan piezas sueltas de un retablo de Santa Engracia, obra suya. Su influencia en los pintores de Daroca y su comarca fue enorme. Bajo su influjo se realiza el retablo de Lechón y el de San Martín, conservado en el Museo colegial de Daroca. Otro importante pintor de este periodo, Juan de Bonilla, se encargará del retablo de Huesa del Común y de San Blas de Torralvilla.

En las cercanías de Daroca, se conservan también estupendos retablos en Anento -dedicado a San Blas-, Retascón -dedicado a la Virgen-, Bello, Torralba de los Sisones, Odón, Villalba de los Morales, Bueña, Lechón, Pozuel del Campo, Caminreal, Cutanda y Langa. En Villadoz se conserva un retablo de la Virgen, del siglo XV, obra de Miguel Ximénez y Juan de Bonilla; y sendos retablos dedicados a la Virgen y San Bartolomé en Villarroya.

 

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