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Anento

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Dr. Fabián Mañas

Conjunto de gran interés, con el castillo en la parte alta de un escarpe al mismo nivel que la llanura del Campo de Romanos, el pueblo bajo el castillo con su urbanismo medieval y el valle del Aguallueve hacia el este con el torreón celtíbero al otro lado.

El castillo de Anento se acomodó a la forma redondeada del tozal en el que se asienta; quedan restos importantes y que permiten imaginar su forma original. Llegando desde la llanura de la meseta se encuentra un foso excavado en la piedra que dificultaba el asalto al castillo y al que sólo se podía acceder por un puente levadizo. De la misma longitud que el foso es la muralla paralela de unos 40 metros con tres torreones y puerta entre dos de ellos; estos torreones son macizos en la planta baja, igual que la muralla, y se cubrían en la segunda con bóveda de cañón apuntado; se accedía a ellos a través del camino de ronda. El resto de la muralla seguía la línea del escarpe de la que sólo queda el fundamento de un torreón cuadrado.

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© Fabián Mañas  Torreón del Castillo de Anento

La población presenta un interesante urbanismo en cuesta con estrechas callejas y alguna pequeña plazoleta; algunas de las casas muestran portadas de piedra con arco apuntado, Bajo la iglesia, mirando a la huerta, hay una casa con las armas de los Guallart. En este conjunto de casas destaca la iglesia parroquial de San Blas situada al este y orientada en la misma dirección.

Es un edificio de mampostería y piedra sillar con bóveda de cañón apuntado y cubierta a dos aguas directamente sobre las bóveda. Tiene un pórtico a los pies del siglo XIX y otro hacia el sur ocupando todo el lado de la iglesia y la puerta primitiva; éste probablemente del siglo XIV. En este lado queda cubierta la puerta primitiva del siglo XIII: tiene arco de medio punto con dos arquivoltas decoradas con dientes de sierra y rosetas; del mismo momento son el ábside , la nave y la torre, con carácter militar. En el interior se conserva un rico museo: en el ábside, ricas pinturas murales del siglo XIV y el magnífico retablo mayor de pintura sobre tabla dedicado a San Blas, San Zenón y el Patrocinio de la Virgen; en las capillas laterales, tres retablos del siglo XVI: el de San Juan Bautista, de principios del siglo XVI; el de San Roque y el de San Antonio de la segunda mitad; hay además algunas tallas interesantes a sí como ricas obras de orfebrería. Sin olvidar el púlpito con yeserías, de principios del siglo XV.

 

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