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La laguna de Gallocanta |
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La laguna de Gallocanta está situada en el fondo de una extensa cuenca endorreica, aislada e independiente (el Campo de Bello), originada por el hundimiento tectónico de un sector del Sistema Ibérico. Se encuentra situada a 1.000 m de altitud, a caballo de las provincias de Teruel y Zaragoza. La laguna ocupa 1.400 ha de las 53.600 ha de toda la cubeta. Sus aguas, someras, son salinas y el nivel de las mismas fluctúa periódicamente en ciclos de varios años, por lo que algunos veranos permanece seca y cubierta por una costra de sal.
Este espacio natural siempre ha sido fuente de no pocos conflictos entre agricultores, Administración y conservacionistas, debido, principalmente, a la extracción de agua para la agricultura del acuífero que la alimenta. También ha estado a punto de desecarse un par de veces, la última en 1969. Una vez tomada conciencia por parte de todos de la gran importancia ecológica del enclave, a mediados de los años 80 comienzan a adoptarse medidas de protección. En la actualidad la laguna está declarada en Aragón como Refugio de Fauna Silvestre (Decreto 69/1995, de 4 de abril, de la Diputación General de Aragón), Zona de Especial Protección para las Aves -ZEPA- (Directiva 79/409/CEE) y está incluida en la Lista de Humedales de Importancia Internacional (Convenio Ramsar). Además de la laguna de Gallocanta, en la cuenca endorreica se encuentran otras dos lagunas notables: la de La Zaida, que sólo se inunda en los años más lluviosos, y la de Guialguerrero, con un nivel de agua estable. Flora El vaso de la laguna de Gallocanta se extiende sobre unas 1.400 ha, siendo sus aguas de elevada salinidad y alcanzando una profundidad máxima de 2 m. Este espacio natural es considerado de importancia internacional por el interés de su flora, tanto por las comunidades vegetales ligadas al agua como por las comunidades litorales, las cuales se disponen en bandas concéntricas según el grado de encharcamiento y salinidad. Así, en las aguas libres se desarrollan extensas praderas subacuáticas de macrófitos de Lamprothamnium papulosum y Chara galoides, fanerógamas filamentosas enraizadas en el fondo. En las playas de limos salinos se instala la vegetación anual pionera de Salicornia ramosisima, Microcnemum coralloides y Suaeda spp. Conforme nos alejamos de la orilla aparecen los pastizales salinos de Juncus maritimus y praderas donde se encuentran especies endémicas protegidas como Lythrum flexuosum, Puccinellia pungens, Scorzonera parviflora y Limonium costae. En los regueros y manaderos de agua dulce se desarrollan, además, los típicos carrizos (Phragmites australis) y aneas o espadañas (Thypa spp). Estas bandas de vegetación son de importancia capital para la laguna ya que impiden el aterramiento de la misma al retener los arrastres y sirven de filtro de las aguas de escorrentía. Tradicionalmente las praderas han sido pastadas por los ganados y son zonas cruciales de nidificación y alimentación de aves, especialmente limícolas. Actualmente la apertura masiva de pozos y zanjas de drenaje y la roturación de las praderas naturales están poniendo en peligro el futuro de estas formaciones y de la propia laguna. Fauna La diversidad vegetal de Gallocanta favorece una impresionante variedad faunística, siendo las aves el grupo más llamativo. No obstante, sólo de vertebrados se han inventariado en la cuenca de Gallocanta 258 especies. La especie más emblemática de Gallocanta es la grulla (Grus grus) ya que
decenas de miles de estas aves recalan en la laguna durante unas pocas semanas en sus
viajes migratorios entre el norte de Europa y los encinares extremeños y andaluces. Esto
sucede en dos épocas bien determinadas, hacia el mes de noviembre, en la migración hacia
el sur, y a finales de febrero en el viaje prenupcial hacia el norte. La concentración de
estas aves ocasiona daños en los sembrados, lo que genera críticas de los agricultores.
Otro grupo de aves que se encuentran en Gallocanta en gran número son los limícolas (chorlitos, zarapitos, archibebes), aves que se alimentan en las playas de la laguna o crían en los prados de sus orillas. Por último no hay que olvidar la presencia de aves esteparias en el entorno de la laguna, destacando entre éstas a la escasísima y esquiva avutarda (Otis tarda), que encuentra aquí uno de sus últimos refugios.
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