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Edad Media y Renacimiento

De esta época, existen varios folios sueltos de un antifonario, que debían formar parte de un códice de gregoriano, y van desde la notación musical sin pauta hasta el doble renglón, por lo que Emilio Reina los sitúa entre los siglos XI y XII.

Además perdura un documento del siglo XIII en el que, por uno de los viajes del rey Jaime I a Daroca, se hace mención a una recompensa dada a los juglares que actuaron para él.

No sólo los testimonios escritos; también la iconografía medieval ha dejado muestras de la influencia de la música en Daroca. Así por ejemplo, en el lienzo que representa la Coronación de la Virgen en el ábside interno de la iglesia románica de San Miguel pueden verse doce ángeles que tocan diversos instrumentos y en la Capilla de los Corporales de la Colegial pueden encontrarse varios ángeles con trompetas. En el Museo también pueden verse pinturas góticas que representan instrumentos antiguos, y en el propio órgano de esta iglesia, esculpidos en su antepecho, seis ángeles músicos.

Pedro Calahorra, a su vez citado por Emilio Reina (Angel Mingote Lorente, último representante de la tradición de Daroca, Daroca, Instituto de Estudios Darocenses, 1986), señala que el nexo entre el Medievo y el Renacimiento puede fijarse en 1488, con el arreglo de los órganos de la Colegial, y la construcción de unos nuevos, todo realizado por Pascual Mallén. Coincide además que en este año se creó la cátedra de música de la Universidad de Alcalá, regentada por Pedro Ciruelo, también darocense.

Durante el siglo XVI la documentación es mayor y arroja sobre todo nombres y fechas de organistas y maestros de capilla, que desarrollaron su labor no solo en Daroca sino en otros lugares. Entre otros se puede citar a Juan Castillo, en Daroca de 1556 a 1574; Juan Oriz, darocense, que fue organista de la Seo de 1575 hasta 1603; Jerónimo Abadía, maestro de capilla de la Colegial y Melchor Castrillo, que en 1579 es organista de la Catedral de Huesca.