Renacimiento

 

 

 

Cuando en 1492 fueron expulsados los judíos, la Comunidad de aldeas de Daroca no sufrieron apenas ningún quebranto, pues eran muy pocos tras las presiones que habían venido sufriendo desde finales del siglo XIV.

No obstante el siglo XVI fue de uno de los más prósperos. La mayor parte de los pueblos del Jiloca disfrutaron de una cierta bonanza económica. Quizás esa riqueza fue lo que permitió a la Comunidad adquirir la Honor de Huesa, a la que se incorporó en el año 1500.



En 1526 la conversión de los moriscos supuso que desaparecieran las comunidades mudéjares del Jiloca, pero de manera críptica mantuvieron su religión hasta que fueron definitivamente expulsados en 1610. Algunas actividades económicas, como la agricultura y la alfarería, sufrieron un gran descalabro y en muchos lugares se recurrió a la repoblación con catalanes e incluso franceses.