Dr. José Luis Corral Lafuente (Univ. de Zaragoza)
En 1248, las aldeas de Daroca se constituyeron en Comunidad por privilegio del rey
Jaime I. Daroca quedó excluida de la Comunidad, aunque siguió manteniendo una importante
relación con sus aldeas.
Las aldeas de la Comunidad de Daroca pasaban a administrar sus intereses de forma
autónoma, estableciendo sus propias ordenanzas. Surgía de este modo una nueva
dialéctica entre la villa de Daroca y sus aldeas.
El territorio de la Comunidad tiene como base el concedido a Daroca en el fuero de
1142, aunque ambos no coinciden miméticamente. La Comunidad de Daroca no permaneció
inalterable desde su formación hasta su desaparición, sino que fue incorporando en
distintas fechas sucesivos territorios.
La Comunidad estableció sus propios órganos de gobierno, con sus oficiales
(escribano, procurador y sesmeros), que se reunían en plegas; e incluso consiguió
representación en las Cortes del reino.
© Fabián Mañas Castillo de Santed
Además de la Comunidad como gran unidad que englobaba a las aldeas, surgió la sesma
como entidad administrativa menor, intermedia entre la comunidad y la aldea. La Comunidad
de Daroca se dividió desde mediados del siglo XIII en cinco sesmas (Trasierra, Río de
Jiloca, Campo de Langa, Río de Barrachina y Campo de Gallocanta), a las que a comienzos
del siglo XVI se sumó una sexta (Honor de Huesa).
Este modelo se mantendrá, con algunas variantes, hasta principios del siglo XIX.
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