Dra. María Luz Hernández Navarro
Dr. Angel Pueyo (Universidad de Zaragoza)
La industria de la comarca se caracteriza por tener su base en las materias primas
locales, a excepción de dos de las grandes empresas de la zona : Pyrsa y Pastas Romero.
No obstante la integración de actividades del sector primario con el industrial
conformando una agroindustria no se está viviendo en todas las zonas de la misma forma.
Esencialmente es la cuenca del Jiloca la que está actuando de motor y de
catalizador en la localización de nuevas industrias y en donde la mano de obra industrial
es muy superior a la agrícola (en torno al 70% de la mano de obra industrial de la
comarca). En cierta medida está respondiendo a su posición estratégica dentro de un
corredor de comunicaciones que comunica a Valencia con Aragón, País Vasco y, en un
futuro, con Francia, y a la localización de las poblaciones más dinámicas e importantes
numéricamente de esta comarca.
Actividad industrial y comercial en 1996
Las industrias alimentarias y, en especial el subsector de las cárnicas especializadas
en el porcino, constituyen un elemento de elevado potencial de desarrollo que genera mayor
empleo y aportan una parte substancial de la renta comarcal, llegando a representar a
inicios de los noventa el 7% del PIB (Producto Interior Bruto) de la Comunidad Autónoma
de Aragón, mediante el desarrollo y la mejora agroindustrial.
Las industrias agroalimentarias de la zona se concentran principalmente en la zona del
valle del Jiloca, y con una presencia mayoritaria de 4 sectores: cereales, vinos, piensos
y carne.
El sector de cereales es la base fundamental de la agricultura de esta zona. El
almacenamiento de este producto se realiza fundamentalmente en las cooperativas de primer
grado. La comercialización se reparte entre las cooperativas de segundo grado y la
iniciativa privada, en la que destaca Pastas Romero, que por su alta producción incluso
ha de abastecerse fuera del área.
El sector vitivinícola se concentra en tres subsectores: la Sierra de Santa Cruz
(municipio de Abanto, en el noroeste del área), el valle del Jiloca y las Sierras de
Peco-Herrera (en el noreste). Las bodegas pertenecientes a las cooperativas representan el
95% de la producción y comercialización del vino en toda el área. El sector cárnico se
localiza preferentemente en la zona del valle del Jiloca y sobre todo en los municipios de
mayor peso, como Daroca, Calamocha, Caminreal y Monreal del Campo. Asimismo es importante
considerar los secaderos de jamones, sobre todo en la provincia de Teruel, acogidos a la
Denominación de Origen "Jamón de Teruel".
La instalación de una empresa de transformados metálicos (PYRSA) ha supuesto un
revulsivo en la economía de la zona, sobre todo absorbiendo muchos trabajadores de las
antiguas minas de Sierra Menera, además de un factor de desarrollo de Monreal del Campo,
y un motor para la implantación de futuras empresas ligadas al subsector del metal. Junto
a ella se han situado varias plantas subsidiarias de Opel España en Loscos.
La construcción es el tercer subsector en importancia, con una implantación
generalizada en el 70% de los municipios, que se encuentra muy atomizado con pequeñas
empresas de autónomos y con unos cuantos empleos indirectos o inducidos. La excepción la
tenemos en Calamocha con tres grandes empresas de fabricación de material de
construcción y que puede suponer el tercer gran pilar para la organización de un tejido
industrial con una base endógena.
No obstante hay que reseñar que la actividad artesana, ha sido muy importante en la
zona como lo demuestra los innumerables restos artísticos que existen en la zona. No
obstante, la falta de continuidad en décadas anteriores ha puesto en vías de
desaparición actividades y oficios cada vez más demandados en artesanías como la
madera, la albañilería, la cantería, la forja, la cestería, los tejidos de cáñamo,
la cerámica, las abarcas, productos artesanales como el vino, azafrán, miel, etc. En
esta línea conviene destacar la importancia de la Escuela Taller de Daroca en estos
últimos años, recuperando algunos de estos oficios y la implantación generalizada de
muchos de ellos, lo que hace augurar una posible recuperación de las producciones
artesanales. El apoyo institucional y la preparación de profesionales en estas
actividades pueden favorecer un mayor número de localizaciones e inversiones.
Museo del Azafrán en Monreal del Campo
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