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Dr. Francisco Javier García Marco (Univ. de
Zaragoza)
Durante el Renacimiento se prolonga la espléndida tradición de la platería gótica
darocense, con obras no tan brillantes, pero que incorporan formas netamente
renacentistas.
En época renacentista podemos poner nombre a los maestros que están detrás de
algunas de las obras más importantes. De la primera mitad conocemos a Juan de Fuente Sanz
y Domingo Tienda.
De Juan de Fuente Sanz se conservan una cruz, un cáliz y una naveta en el Museo de
Daroca, así como las cruces procesionales de Almohaja y Cucalón, los cálices de Las
Cuerlas, Val de San Martín y Villanueva de Jiloca, y un incensario de Badules.
Domingo Tienda es el responsable de una cruz de Torrijo del Campo, una custodia de
Villanueva de Jiloca y una pareja de cetros del Museo de Daroca.
Otros plateros de la segunda mitad del siglo XVI permanecen en el anonimato o no hemos
sido capaces de identificar sus marcas. De ellos son obras como una crismera de
Nombrevilla, y unas cruces de Santed, Cubel, las Cuevas de Portalrubio, Fuentes Claras,
Lechago, Acered, Valverde, Villahermosa y Villanueva del Rebollar, un copón y un hisopo
del museo de Daroca, unas crismeras de Lechago y Villarquemado, un portapaz de Manchones y
un incensario de Badules.
De finales del siglo XVI y principios del XVII son dos cálices del Museo de Daroca,
otros del convento de Dominicas de Albarracín, de la parroquial de Bueña, dos cetros y
un relicario del Museo de Daroca, y dos relicarios de Cuencabuena y Manchones. Este
último destaca por su forma de templete. Del siglo XVI hay dos cálices, uno en
Balconchán y el otro en Barrachina. También una cruz procesional de plata en Bello, y en
el mismo lugar un sagrario de estilo manierista, un cáliz del XVII y dos relicarios; un
sagrario y una cruz procesional en Odón.
Un capítulo interesante y desconocido de las artes decorativas en la Comunidad de
Daroca, es la existencia de un taller de esmaltado, responsable de un retablo de
diecinueve placas procedente de la iglesia de Santo Domingo de Silos de Daroca, conservado
en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Su producción se caracteriza por su diseño
expresivo, poderoso colorido y factura artesanal orientada al mercado popular.
Custodia de Retascón
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