Dr. Fabián Mañas
En 1839, durante la primera guerra carlista, Monreal del Campo fue pasto de las
llamas, hecho que destruyó totalmente el castillo, las murallas, la iglesia y el pueblo.
A partir de ese momento nació un nuevo casco urbano en el llano, dándole la espalda al
antiguo. De éste quedan los cimientos de la fortaleza con la torre de piedra de la
antigua iglesia y una antigua plaza Mayor muy remozada, en la que se encuentra la nueva
iglesia del siglo XIX el edificio moderno del Ayuntamiento de estilo aragonés, una casona
que alberga el Museo del Azafrán y un bello edificio de estilo aragonés que se salvó de
las llamas: es la llamada casa de doña Concha; es un palacio bien conservado en el
exterior y en su interior, perteneciente al linaje de los Mateo de Gilbert, tal como
indica el escudo de armas de la fachada.
Casa palacio de tres plantas de mampostería y ladrillo, con portada adintelada
centrada en la fachada sobre la que campea el escudo; la segunda planta tiene tres
balcones que se corresponden con la sala noble; la tercera, una galería de arquillos de
ladrillo y como remate el alero de madera con decoración de piñas.
En el interior, un gran zaguán alberga la escalera de triple arcada: del central
parte el acceso al jardín y de los laterales dos tramos que suben a la planta noble; la
escalera se ilumina por las ventanas abiertas al jardín y se cubre con bóveda de
lunetos. Palacio que puede ser de finales del siglo XVII.
En la calle Costera Olma, a espaldas de este palacio, hay otra casa perteneciente al
linaje de los Mateo, con dos plantas de mampostería y revoco de yeso con portada de arco
de medio punto y ventanas con rejas.
© Fabián Mañas Llamador
En la calle Costera Mayor queda otra casa de interés: es la llamada de Pedro Latorre;
tiene tres plantas con decoración de yeserías y bellas rejas en las ventanas; conserva
alero decorado con piñas y una Virgen del Rosario en una hornacina.
|