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Dr. Francisco Javier García Marco (Univ. de
Zaragoza)
Por fin, no debemos olvidar algunos estupendos ejemplos de arquitectura civil. Por
toda la comarca quedan puentes, molinos y numerosos vestigios del pasado industrial de
Aragón.
Un capítulo importante lo constituyen los puentes, de los cuales se conservan algunos
de supuesto origen romano, especialmente los de Calamocha y Luco de Jiloca, pero sin
olvidar los de Villarreal del Huerva, Villahermosa y Cucalón.
La joya de la ingeniería civil histórica en nuestra comarca es, sin duda, la Mina de
Daroca. Se trata de un túnel construido en el siglo XVI para aliviar a la ciudad de las
frecuentes inundaciones que sufría su calle Mayor, situada en el fondo de un barranco. El
régimen de precipitaciones de la zona, caracterizado por ocasionales tormentas de
carácter torrencial en los meses de verano, provocaban graves pérdidas a los
comerciantes y artesanos asentados en la principal calle de la ciudad.
© Julián Serrano Mina de Daroca
El túnel fue encargado al arquitecto francés Pierres Bedel, responsable de otras
importantes obras de ingeniería en Aragón, como el Acueducto de Teruel. La perforación
del túnel llevó cinco años, entre 1555 y 1560, y las obras se terminaron en 1562. La
Mina alcanzó una longitud de casi 600 metros, con una luz de 6 metros de anchura y 7,5 de
altura. Una barbacana de piedra, de la cual se conservan unos 80 metros, situada a su
entrada apartaba las aguas de la Puerta Alta. Al final de la mina se levantaron varios
diques y un salto de agua, llamado de la Estaba y popularmente conocido como "La
Rodadera".
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