Pintura gótica |
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El gótico es la época dorada de la pintura aragonesa, especialmente gracias a las obras sobre tabla que se realizan desde mediados del siglo XIV hasta principios del siglo XVI. Se trata de un auténtico siglo de oro que no se reproducirá hasta que el siglo XVIII conozca la actividad de Goya, los Bayeu y Luzán. Los pintores de la época imprimen a sus obras una fuerte personalidad que ha llevado a hablar a muchos autores de los "primitivos aragoneses". Daroca y su comarca ocupan un lugar importante en el desarrollo de ese afortunado capítulo del arte aragonés. La pintura gótica aragonesa se puede dividir en dos grandes apartados en razón a su soporte: conjuntos murales y retablos. Su concepción en la misma: se trata de conjuntos de escenas religiosas dispuestas en filas y columnas a modo de viñetas. Los conjuntos murales son, por lo general, anteriores y de estilo francogótico. Los retablos muestran una técnica más evolucionada y alcanzan su máximo desarrollo y esplendor durante el siglo XV.
Ambas tradiciones -murales y retablos- poseen espléndidos ejemplares en las iglesias de la ciudad y la comarca de Daroca. Además, tanto el Museo de la Colegial de Daroca como el Museo de Daroca ofrecen una estupenda colección de tablas góticas procedentes de retablos desmotados y parcialmente desaparecidos, que, gracias a su cuidada restauración, se pueden apreciar en todo su esplendor. Dentro de la comarca, destacan las pinturas del Campo de Romanos
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