Dr. Francisco Javier García Marco (Univ. de
Zaragoza)
La capilla de los Sagrados Corporales es uno de los monumentos más importantes de la
escultura gótica aragonesa, junto con el retablo mayor de la Seo de Zaragoza. La capilla
se comenzó en tiempos de la reina María, en los años treinta del siglo XV, y terminado
en época de los Reyes Católicos.
Se trata de un conjunto escultórico de gran complejidad, de clara influencia
borgoñona. Se diseñó como conjunto unitario, bajo el concepto de capilla-relicario y
decoración gótico-flamígero. Su frontal es un gran retablo de yeso y caliza. El retablo
se divide en tres grandes arcos apuntados, que en la parte baja dan paso un camarín en
cuyo frente se dispone otro retablo-relicario cuya misión es proteger la arqueta que
contenía la reliquia. La decoración fue retocada a finales del siglo XVII,
añadiéndosele ribetes y lunares dorados a las esculturas.
En este taller se formaron importantes figuras autóctonas. Uno de ellos, el escultor
darocense Juan de la Huerta llegaría a trabajar en la tumba de Juan Sin Miedo, en la
Borgoña.
En una fase posterior se decoraron los muros del camarín, decorados con relieves
alusivos a la historia de los Corporales. Se trata de escenas de gran fuerza narrativa, en
la mejor tradición del gótico internacional. Es muy posible que fueran obra de su
representante más destacado en Aragón, el escultor Pere Johan, autor del retablo de la
Seo de Zaragoza, cuya estancia en Daroca se documenta en Daroca en verano del 1445.
Por fin, en época ya de los Reyes Católicos se realizan los relieves laterales de la
Capilla. El óculo que sirve de ostensorio y las puertas laterales de los muros son
adiciones de finales del XVII o principios del XVIII.
Por fin, en época ya de los Reyes Católicos se realizan los relieves laterales de
la Capilla. El óculo que sirve de ostensorio y las puertas laterales de los muros son
adiciones de finales del XVII o principios del XVIII.
© Fabián Mañas Capilla de los Sagrados Corporales
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