Burbáguena
Dr. Fabián Mañas
El urbanismo de Burbáguena no ha experimentado demasiados cambios a través de los tiempos modernos. A los pies del torreón del castillo árabe se conservan los restos medievales de la población cristiana, hacia el oeste, y la musulmana hacia el este. El trazado de las callejas actuales aún permite delimitar la parte que ocuparía la morería que llegó a tener en el momento de la conversión unos 44 fuegos. Toda esta zona se asienta en la falda de la colina, descendiendo sus callejas hasta la calle Mayor, sin duda camino desde su fundación.
Esta calle Mayor atraviesa el pueblo de oeste a este y viceversa, paralela al río; a mitad de la misma se encuentra la plaza, que fue centro de la población ya en el siglo XVI; así, en el año 1531 sufría una importante remodelación para evitar que el río se introdujera en ella. Más tarde, en 1619 se procedía al empedrado de las calles, empezando por la de Valdelaseras hasta la casa del vicario, siguiendo por la Casa del Lugar hasta la Iglesia y la calle Real hasta la Plaza; es decir, las calles más importantes en las que todavía se conservan restos de casas antiguas de los siglos XVII, XVIII y XIX, edificadas normalmente en ladrillo o tapial sobre fundamentos de piedra. Al final de la calle se encuentra la iglesia, edificio barroco de gran volumen con la torre campanario.
Entre la iglesia y la plaza, en la calle Mayor, se conservan algunos palacios y casas de gran interés. Haciendo pues el camino de este a oeste y partiendo de la iglesia, a la derecha se encuentra una casa del siglo XIX de tres plantas, con portada adintelada, molduras de yeso y alero de canes de escayola.
Sigue una casa de estilo aragonés, llamada Casa don Juan: tiene tres plantas; en la baja una gran portada de piedra desplazada del eje hacia la izquierda; el resto es de ladrillo; la segunda planta tendría dos ventanas, una de ellas convertida en balcón sobre la puerta; la tercera planta está recorrida por una galería de siete arquillos dobles; el alero es de piedra con relieves de cabezas de ángeles.
La casa siguiente parece muy transformada y no tiene puerta por lo que parece anexionada a la anterior, muestra escudo de armas en la pared.
Continúa el palacio de los marqueses de Montemuzo, llamada también Casa Latorre. Es un palacio de unos 30 metros de fachada que originariamente fue de piedra en la planta baja y de ladrillo seguramente la segunda y la tercera en la que habría una galería de arquillos. Sin embargo, de esta hipotética fachada, sólo se conserva el alero de madera de tradición gótica; una desafortunada reforma ha recubierto toda la fachada de cemento y ha transformado portadas y vanos en la forma que hoy aparecen. Se ha conservado mejor el interior; hay un gran zaguán en su estado primitivo con un pequeño patio de columnas toscanas que dan luz al zaguán; en la segunda planta, el patio tiene arquillos de medio punto, hoy acristalados, que dan iluminación a la escalera, por un lado y a los aposentos por los otros tres. Este patio permanece abierto por la parte superior. La escalera, de un solo tramo está situada a la derecha del zaguán.
La huerta jardín está situada al otro lado de la calle, hacia el río; tiene portada del mismo estilo del palacio.
En este mismo lado de la huerta hay otra Casa Latorre ( antiguo Cuartel ) que tiene planta baja de piedra con dos portadas adinteladas; tres balcones y escudo encima de una de las puertas en la planta segunda; galería de arquillos en la tercera y alero de madera.
En este mismo tramo de calle, a la derecha, hay otra casa del siglo XIX, ya muy cerca de la plaza. En el tramo que va de la plaza hacia el oeste hay restos de otro palacio en restauración con escudo de armas y galería de arcos de ladrillo. Un poco más adelante nos encontramos con una manzana que está ocupada por la ermita de San Nicolás y el Ayuntamiento, con portada de piedra y escudo de armas
Enfrente se abre una plaza al fondo de la cual queda un peirón.
© Fabián Mañas Castillo y torre de la Iglesia
